Trillo celebró el Domingo de Ramos, día en el que se conmemora la entrada triunfal de Jesús de Nazaret en Jerusalén aclamado por la multitud, unas jornadas antes de su pasión, muerte y resurrección, según narran los cuatro evangelios, para dar comienzo de esta manera a la Semana Santa.
Los fieles trillanos se dieron cita en las inmediaciones de la Ermita de San Roque en una mañana soleada y cálida. Una vez allí, y después de que cada uno coja un ramo de olivo que el Ayuntamiento pondrá a su disposición, el párroco local, Santiago Jiménez, los roció de agua bendita con el hisopo, iniciando después la Procesión desde lo alto del pueblo, hasta la Iglesia parroquial.
La forma en que los lugareños celebran el Domingo de Ramos cambió hace unos años. Tradicionalmente los ramos se bendecían en la puerta misma de la Iglesia, mientras que la Procesión discurría por la calle de La Tajonada.
Desde que se gestara la Pasión Trillana, los apóstoles se visten de época, mientras que los ramos son bendecidos en la Ermita de San Roque. Desde allí mismo sale la procesión desde hace ya más de veinte años. Partiendo de la calle homónima, baja por las de Arriba y Enmedio, hasta llegar, por la de San Blas, a la Iglesia.
El año pasado se recuperó la costumbre de la representación de la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de un borriquillo, que llegó desde Durón. La iniciativa se volvía a llevar a cabo ayer, con un ejemplar traído de Guadalajara. Los apóstoles, encarnados por trillanos todos con palmas en la mano, participaron especialmente en la lectura de las escrituras, dándole solemnidad a la ceremonia religiosa.